lunes, 28 de septiembre de 2015

Menos banderas.




Cataluña. España. ¿Qué más dará? En los últimos meses hemos visto un crecimiento exponencial de un fuerte nacionalismo catalán. Gente saliendo a la calle pidiendo la independencia enarbolando esteladas. Paralelamente, ha crecido en cierto sector de la sociedad española (algo escorado a la derecha) un nacionalismo español. Gente saliendo a la calle con gritos en contra de esa independencia y, sí, enarbolando banderas españolas. Consecuentemente, esto ha dado lugar a imágenes bastante lamentables. Las de ciertos políticos haciendo acopios de banderas de uno y otro "bando" y haciéndolas propias. Haciendo uso de ese sentimiento nacional para su propio beneficio.

En el caso de España, una guerra de banderas entre PSOE y PP, por ver quien es capaz de mostrar la más grande. Políticos tan patriotas, que mandan su dinero a Suiza y recortan en nuestro Estado de Bienestar. En la acera de enfrente, políticos con cuentas en Andorra, como el señor Pujol, u otros con el famoso "tres percent", como el señor Mas. Ambos usando el independentismo como escudo ante la corrupción que ensucia su imagen y tratar de mantenerse en el poder.

El problema de este país no es, por tanto, cuestión de separatistas o integristas. El problema de este país son los nacionalismos que llevan a posturas extremistas. Son los políticos que se cubren de grandes banderas mientras defraudan a hacienda y nos recortan nuestros derechos. Abran los ojos, y dense cuenta. No importa la bandera, el idioma o la cultura. Este país es la gente, no los políticos corruptos y maquiavélicos que juegan con los patriotismos a su antojo. Como bien ilustró la revista satírica Mongolia, no importan las banderas. Importa la gente.



sábado, 19 de septiembre de 2015

Sociedad sin memoria




Ciudades enteras devastadas por los bombardeos. Familias rotas y huyendo del país. Algunas, con suerte, acogidas en países que tratan de ayudarlas. Otras, menos afortunadas, recluidas en campos hasta que se decida que hacer con ellas. Hambre, cansancio y dolor. ¿Siria? No. España en 1939.


Sin embargo, parece que la memoria histórica es algo de lo que carecen un sector tristemente amplio de la población española. Una población que, si bien es cierto que lleva sufriendo una profunda crisis 8 años, debería ser consciente de la situación real de los sirios. Es lamentable observar las redes sociales, todas plagadas de mensajes del tipo "a estos casa y comida y los de aquí en el paro" o "menos ayuda a los de fuera y más solucionar los problemas de los españoles". Demagogia triste y falsa, teniendo en cuenta que la ayuda que el Estado español ofrece a los refugiados durante 6 meses es manutención y alojamiento. Además, clases de español y 50 €/mes para transporte. Una vez pasados los 6 meses, nada. Muy lejos de los 146€/mes que se les da en Alemania durante los primeros 3 años, además del mayor apoyo que se les brinda en tierras germanas.

Por tanto, resulta desalentador ver a tantos españoles esgrimiendo esa desinformación falsa y demagogica para cargar contra los que más necesitan nuestra ayuda. Más memoria histórica, más solidaridad y menos mentiras, es lo que necesita nuestra sociedad.