martes, 1 de noviembre de 2016

Rufianadas

                                        



Sin duda uno de los momentos más comentados de la pasada investidura ha sido la intervención del diputado de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián que, para bien o para mal, no ha dejado indiferente a nadie.

Con su estilo inconfundible (pausado, pero tremendamente mordaz), Rufián atacó durante los 5 minutos indiscriminadamente a PP, Ciudadanos y PSOE. Atacó la corrupción de unos, el "cuñadismo neoliberal" de otros y la traición a las bases de los últimos. Sin embargo, a pesar del revuelo, no es nada nuevo. Tanto en las redes como en sede parlamentaria, Rufián siempre se ha caracterizado por ese tono acusador e incisivo. ¿Qué fue diferente esta vez?


Probablemente, y desde mi punto de vista, lo que desató la ira de los diputados fue, en parte, la sorpresa. Sorpresa por que era la primera vez en mucho tiempo que un diputado de un partido independentista no utilizaba sus cinco minutos para clamar por la Independència (al más puro estilo Joan Tardà), sino para atacarles frontalmente y sacar todos los trapos sucios. Se indignaron por que se vieron ante un espejo, y no estaban preparados para ello.

El fondo del discurso fue acertadísimo: corrupción, liberalismo suicida, traición, puertas giratorias, Golpe de Estado... Sin embargo, y coincidiendo con lo dicho por Iñaki Gabilondo anoche en El Intermedio, fallaron las formas. Rufián aprovechó la coyuntura para atacar también a Toni Cantó y su transfuguismo, o para apodar a Rivera como "maese cuñado". Sin duda el fondo es correcto y acertado, y no podría estar más de acuerdo, pero lamentablemente las formas no fueron, en algunas partes del discurso, del todo correctas.

Sin embargo, si algo debemos agradecer a Gabriel Rufián es que lograse destapar lo que ya todos sabíamos: la triple alianza que conforma el Establishment en España; PP, PSOE y C's. Tras el turno de réplica de Hernando, la sala se vió copada por un estruendoso aplauso de apoyo al PSOE por parte de C's y PP al unísono. Sin duda, la imagen que mejor representa lo que ha estado pasando estas últimas semanas en la política de nuestro país.